A veces se me hace,
que nació conmigo,
y durmió en mi cuna
pegao a mi piel,
que fue mi juguete,
y mi perro de pibe,
y toda la infancia
la corrí con él,
que anduvimos juntos
a torro y milonga,
desvelo y bohemia,
cigarro y café,
y a veces rodamos,
maneaos, por el suelo
y nos levantamos con la misma fe.
Mi bandoneón y yo
crecimos juntos,
emparentaos, tal vez, por la pobreza,
muchas veces, reímos de alegría
y otras veces, lloramos de tristeza.
Yo le hablo de hombre a fuelle,
mano a mano,
lo mismo que si hablara con la vieja,
y cuando él me responde se me antoja, que Buenos Aires mismo me contesta.
Si hermano, como siempre,
con vos hasta que muera,
si yo a mi bandoneón lo llevo puesto,
como un cacho de tango,
entre las venas,
y está de Dios que al dar mi último aliento, moriremos a un tiempo,
mi bandoneón y yo.
Musica
Yo le hablo de hombre a fuelle,
mano a mano,
lo mismo que si hablara con la vieja,
y cuando él me responde, se me antoja,
que Buenos Aires mismo me contesta
Si hermano, como siempre,
con vos hasta que muera,
si yo a mi bandoneón lo llevo puesto,
como un cacho de tango,
entre las venas,
y está de Dios que al dar mi último aliento, moriremos a un tiempo,
mi bandoneón y yo.